Novedades, Productos • Nov, 2012
Debido a la popularidad del alfajor español, éstos iban ya en los almacenes de las primeras naves de los españoles que se dirigían a América. Las primeras referencias de su presencia en América mencionan a Venezuela y al Perú, donde les eran dados como ración a las tropas españolas. En Argentina, el alfajor lleva elaborándose desde hace más de 130 años y cada región le da su toque distintivo.
Entre los alfajores regionales argentinos se destaca el santafesino, de no menos de tres tapas hojaldradas pegadas entre sí con mucho dulce de leche y todo el conjunto glaseado. Este alfajor da origen al Rogel, producto de similares características, con mayor cantidad de capas de masa y cubierto por merengue italiano.
Novedades, Productos • Nov, 2012
La primer historia ubica el origen del panettone en Milán durante la época del duque Ludovico Sforza, llamado “el moro”. El duque, en compañía de Leonardo da Vinci, comió el dulce pan en una boda en la que el padre de la novia, Toni, era dueño de una panadería. De ahí en más, el pan de Toni (la contracción derivaría en panettone) se expandió por el resto de Italia y Europa.
Otra versión de la misma leyenda sostiene que el Mecenas (todos los poderosos del Renacimiento eran Mecenas de artistas) quiso organizar un importante festejo para las fiestas de 1495, mandando a preparar las más sutiles delicias y… al cocinero se le quemó el pan de Navidad. Cuando la desesperación lo invadía advirtió que un aprendiz de su cocina llamado Toni, estaba comiendo un pan que había elaborado a escondidas y al que le había agregado frutas. Como último recurso, el cocinero arrebató el pan a Toni y lo presentó en la mesa del duque quienes adoptaron para siempre “ Il pane di Toni” o sea “Il panetone”.
Novedades, Productos • Nov, 2012
La frutilla, miembro de la familia de la rosa, es única ya que produce semillas en su exterior en lugar de su interior.
Los indios americanos ya comían frutillas cuando llegaron los colonizadores. Las bayas machacadas eran mezcladas con harina de maíz y cocidas al horno para hacer pan de fresa. Después de probar este pan, los colonizadores desarrollaron su propia versión de la receta, que hoy en día llamamos tarta o pastel de frutillas.